Ingvar Kamprad es el fundador de la tienda sueca Ikea, y contrario a lo que se pueda imaginar de su vida él es uno de los hombres más ricos, pero más tacaños del mundo. El sueco no tiene una enorme mansión, vive en un modesto departamento de su país, prefiere viajar en clase económica en vez de gastar en un ticket de ejecutivo o de comprar y mantener su propio jet privado.
El fundador de la compañía sueca, dedicada a la construcción de muebles de alta calidad a bajos precios, ha sido por años un caso de estudio, sobre todo para los emprendedores. Porque a pesar de su éxito empresarial se mantiene fiel a su filosofía: “No necesitamos autos resplandecientes o grandes símbolos de estatus, lo único que nos hace falta es: nuestra fuerza y voluntad”.
Estas son cuatro lecciones que ha dejado el millonario sueco a lo largo de su trayectoria empresarial:
1. Cuidar el dinero con un fin. Kamprad condujo por años un Volvo modelo 1993, a pesar de tener dinero para cambiarlo cada año. Su objetivo fue invertir el dinero en hacer crecer su empresa.
2. Enfocarse sin obsesionarse. Toda la energía debe concentrarse en el ideal, pero una vez conseguido el objetivo debe de evolucionar. En el caso de Ingvar Kamprad, Ikea pasó de las ventas por catálogo a tiendas donde los clientes podían apreciar los muebles.
3. Defender la idea. Por más extraña que pueda parecer la idea de negocio es importante estar convencidos que con ella se cambiará al mundo, no se debe dejar ir.
4. Aprender de los errores. Toda persona que emprenda un nuevo proyecto está propensa a equivocarse. Los que no cometen errores son aquellos que no hacen nada. Aprender de los fiascos de la vida, y de los negocios es parte del crecimiento y del éxito. “Solo aquellos que están dormidos no se equivocan”, dijo Kamprad. Evaluar los fracasos es esencial para encontrar nuevas formas de mejorar cada proyecto.
Ikea fue fundada por Ingvar Kamprad con la idea de vender productos que cubrieran diversas necesidades: plumas, billeteras, y más objetos por correo y a precios accesibles.
En 1947, Kamprad se concentró en los muebles y creó su primer catálogo. Su negocio fue en ascenso al igual que su fortuna. La evolución de Ikea llegó cuando pasó del papel a tiendas donde ver y adquirir los productos.
Forbes calculó la fortuna de Kamprad en 65,000 millones de euros (en 2006).
Llegó a ocupar el cuarto puesto entre los hombres más ricos del mundo, pero ha desaparecido de la lista y sus hijos solo figuran en el lugar 1,694. El imperio del empresario no se ha esfumado, más bien su economía no es tan clara debido al entramado financiero que construyó con su familia y la fundación Interogo, creada a finales de los años 80.