En manos de la clase política de la Unión Americana se encuentra la continuidad para firmar el acuerdo entre los 12 países interesados, para ello la Casa Blanca declaró el pasado 29 de agosto 2016 que está esperanzada de poder obtener la aprobación del Congreso al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) antes de que Barack Obama deje la presidencia en enero 2017, y advirtió que un fracaso al respecto minaría el liderazgo de Estados Unidos en la región.
“El presidente va a reclamar con fuerza que avancemos y para nosotros hay una posibilidad de obtener esto antes de que el presidente deje el cargo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest durante una conferencia de prensa. Hace unos meses, legisladores y expertos no veían probable que la aprobación del TPP por parte de los congresistas de EU se diera antes de las elecciones presidenciales en ese país.
La ex representante de la Oficina de Comercio Internacional de Estados Unidos, Paula Stern, dijo que la discusión sobre el mega acuerdo comercial puede darse
después del 8 de noviembre, porque así los legisladores no enfrentarán a los electores.
Dijo que los beneficios y costos del TPP en la economía americana son “mínimos” con respecto al tamaño de su Producto Interno Bruto.
Ni siquiera es 100% seguro que los legisladores puedan aprobar dicho acuerdo en el que participan 12 países en total. Se necesita mayor liderazgo sobre todo de los republicanos en el Congreso para conseguir los votos necesarios para su aval.
Los beneficios y los costos son minúsculos, así que el debate exagera los riesgos del libre comercio. Se estima que sólo 0.5% del PIB de EU se va a impactar por dicho convenio.
La tecnología y la globalización mueven la manera de producir y de intercambiar bienes y servicios en el mundo, así que si se quiere tener un culpable sobre los cambios debiera pensarse en esos aspectos, dijo.
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