Año 2022, luego de dos años de aparecer el CoVid19 la vida cambió y en algunas situaciones de manera drástica, otras, paulatina y radicalmente. Un artículo presentado recientemente por Chip Cutter, Suzanne Vranica y Konrad Putzier para WSJ nos refleja cómo podríamos llegar a ese escenario.
“Bienvenidos de nuevo al trabajo. El comedor corporativo está cerrado, las cafeteras están desconectadas y los escritorios están separados por plástico.
Cada parte de la vida en la oficina está siendo reexaminada en la era del Covid-19. Cuando los empleados regresen uno por uno a los lugares de trabajo en Estados Unidos –algunos usando cubrebocas– muchos encontrarán la oficina transformada, dicen ejecutivos de recursos humanos y bienes raíces.
Los elevadores tal vez transporten una persona a la vez.
Los escritorios, alguna vez apretujados unos junto a otros en diseños de espacio abierto, estarán separados, algunos cubiertos por protectores de plástico y sillas encima de tapetes desechables para atrapar gérmenes.
Los dispensadores de refrescos, despachadores de refrigerios, barras de café y gimnasios y regaderas que alguna vez distinguieron a los entornos finos de la clase profesionista probablemente permanecerán cerrados para evitar la propagación del coronavirus.
Muchos cambios no desaparecerán hasta que el virus lo haga.
Las adaptaciones a la oficina revierten un esfuerzo iniciado hace décadas por las corporaciones estadounidenses para atiborrar trabajadores en espacios más estrechos, con poca separación entre colegas. Las compañías alguna vez gastaron millones de dólares para modernizar espacios y crear comunidad. Esos diseños ahora son problemáticos, señalan los ejecutivos.
Modificar oficinas para permitir el regreso a salvo de algunos trabajadores es incluso más desafiante que mandar a la gente a casa, y las variantes directrices locales complican el panorama. Algunos lugares, como Nueva York, ordenan el uso de mascarillas en público, mientras que otros, como Texas, han anulado los decretos municipales que exigen que la gente se cubra el rostro cuando no puede implementar el distanciamiento social.
En Discover Financial Services, cerca de Chicago, Discover se inclina hacia reinstalar un empleado por cada dos estaciones de trabajo. “Básicamente pondremos X en escritorios y sillas” para que no sean usados.
Algunos pasillos y escaleras serán de un solo sentido, y muchas salas de conferencias permanecerán cerradas debido a que son demasiado pequeñas para permitir que la gente se disperse.
Si la compañía opta por verificar la temperatura de todos los empleados que llegan, como hace con el pequeño número de trabajadores que todavía tiene acceso a sus oficinas actualmente, el equipo de Eichfeld está estudiando cómo escalonar las horas de llegada para evitar que la gente se congregue en los vestíbulos del edificio mientras espera la revisión.
El gigante de los espacios de trabajo compartido WeWork alguna vez valoró la densidad, al hacer que los corredores fueran estrechos a propósito para que las personas tuvieran más probabilidades de toparse unas con otras y platicar.
Rentaba acceso a sus “hot desks” –mesas grandes y compartidas sin asientos asignados– en muchas de sus más de 700 ubicaciones globales a un precio de entre 300 y 600 dólares al mes en la ciudad de Nueva York.
Para imponer la sana distancia en los “hot desks” se está retirando la mitad de las sillas y WeWork eliminará 30 mil sillas de salas de conferencia en todo el mundo para evitar congregaciones, dijo Hamid Hashemi, director de producto y experiencia de WeWork.
Cushman & Wakefield, firma de servicios inmobiliarios, está trayendo una versión de su concepto de “Oficina de seis pies” lanzado en Ámsterdam a oficinas en Los Ángeles y la ciudad de Nueva York.
El plan presenta divisores de plexiglás entre escritorios y círculos en el piso para indicar qué tan separados deben estar los trabajadores. McCann Worldgroup, una de las agencias publicitarias más grandes de Interpublic Group, contempla asignar letras diferentes a la gente en muchas de sus oficinas en Estados Unidos, para permitir que cada grupo vaya a la oficina en diferentes días de la semana.
Los diseños de espacio abierto están bajo revisión.
La oficina de McCann en Nueva York cerrará su bar y comedor durante el resto del 2020. En lugar de eso, la compañía ha pedido docenas de hornos de microondas y refrigeradores para que la gente pueda llevar su comida. Los electrodomésticos se colocarán en zonas de cocina amplias que se construyen en todos los pisos.
Squarespace Inc. dice que algunas de sus oficinas sólo podrán llevar a una persona por viaje en el elevador. Para evitar una posible aglomeración en el vestíbulo.
Qualtrics, una unidad del gigante de software alemán SAP SE, invitará a algunos trabajadores a que se comprometan a usar las escaleras.
Cuando HP reabrió sus oficinas en Wuhan, China, hace unas semanas, al permitir que regresara un número limitado de empleados, dio a todos un kit de bienvenida con tres nuevos artículos básicos de oficina: cubrebocas, guantes y una botella de desinfectante para manos.
Los trabajadores en sus oficinas de Estados Unidos podrían anticipar prever lo mismo.
La compañía dice que sus reaperturas en Estados Unidos dependerán de dónde radican los empleados y su función, pero la mayoría seguirá trabajando en casa”.
WSJ